viernes, 23 de enero de 2009

CUANDO EL FUTURO NOS ALCANCE


Cuando el destino nos alcance, creo recordar que era el título de una vieja película inquietante que vi hace años, cuando todo parecía lejano y fabuloso. Trataba de un mundo futuro agotado y gastado, militarmente gobernado y donde sólo se sobrevivia gracias a las raciones de galletas que unas pocas compañias transnacionales producían y repartía con férreo control el Estado a los ciudadanos, hacinados como animales de cualquier forma por las calles. Las personas viven en ciudades moribundas donde apenas hay agua corriente y los mercados están completamente llenos de gente y completamente faltos de género: Como se han acabado los recursos y el planeta entero agoniza, una simple pieza de fruta se cotiza como si de oro se tratara. El único alimento accesible para la gente normal son unas galletas altamente vitamínicas, hechas con el plancton de los océanos y cuyo origen y proceso de producción nadie conoce con exactitud. Un mundo agonizante donde paradojicamente no abundan los viejos, sólo los que tienen recursos económicos parecen tener el poder de sobrevivir, mientras que los que no tienen futuro, los pobres sencillamente, desaparecen. Pero la triste verdad es,que en realidad las galletitas de las que se alimentan la mayoría de la población humana sin recursos están elaboradas con una única materia prima, el cuerpo de los sin recurso, de los pobres, pobres sirviendo de alimento, como si de pienso se tratara, a los pobres.


400 millones de ancianos

Según los datos de la ONU, que se recogen en el Atlas Mundial de la Salud que presentó recientemente el Ministerio de Sanidad, en el mundo viven 400 millones de personas mayores y el 70% están en países en desarrollo. Para el 2025 habrá 840 millones de jubilados. La ONU considera que el 87% de las personas mayores de 60 años que viven en el mundo tienen alguna dolencia crónica -desde problemas cardiovasculares a diabetes o párkinson-.La vejez es, en términos generales, solitaria, femenina y pobre. Si eso en Occidente es un drama silencioso que suele acabar en depresión, en el resto del mundo es un desastre social.

Hoy 1 de cada 10 personas tiene más de 60 años de edad. Para el 2050 la cifra será de 1 cada 5. Actualmente el 64% de las personas mayores viven en regiones menos desarrolladas, para el 2050 esta cifra se elevará al 80%. Desde la perspectiva de países emergentes esto será catastrófico, sin apenas tiempo para haber creado un red social asistencial generalizada se encontraran sumidos en una catástrofe sin parangón. Si en el mundo occidental envejecido y superpoblado esto será un caos en el tercer mundo resultará imposible la supervivencia de los más débiles. Y como todo en este mundo globalizado está interrelacionado, y gracias al efecto dominó, será el fin de la civilización, tal y como hoy la conocemos. La solución a la que aún hoy estamos a tiempo de poner en practica, no pasa por la inmigración desarraigante y frustrante de los pobres hacia los países mas ricos, donde servirán de mano de obra barata y coyuntural, y luego cumplidos los objetivos de las transnacionales desechados como objetos usados y gastados, ¡¡no¡¡ el futuro pasa por el reequilibrio de las zonas pobres su completo desarrollo social y económico, atendiendo a factores ecológicos y potenciando las energías alternativas para su desarrollo. Solo de esta forma tendremos futuro como planeta y como especie.