Lo pasado ya no tiene remedio, pero hay que aprender de las imprecisiones, o se retabilizan todos los votos de la izquierda o volverá a gobernar la derecha. Existen indicadores de peso, que pronostican el fracaso de cualquier intento para proceder a un Gobierno de Coalición, de cualquier color. Dado el escenario actual y los condicionantes que estas medidas traerían consigo.
El PP, esta tranquilo tiene su baza de bloqueo preparada, su "as debajo de la manga" Los neoliberales del PP tienen garantizada la mayoría absoluta en el Senado. El Partido Popular puede rechazar en la Cámara Alta cualquier acuerdo legislativo que proceda del Congreso desde un gobierno de signo distinto al suyo. Este procedimiento embarraría tanto la actividad parlamentaria que en la práctica, todo aquello que se tumbe en el Senado volvería al Congreso para una nueva votación. Así una y otra vez, hasta al menos tres veces.
La ley prevé que haya un plazo de dos meses para conseguir la investidura de un presidente. Ese plazo empieza a correr desde la primera sesión de investidura. Si en ese tiempo no hay acuerdos de gobernabilidad, el presidente del Congreso firmará el decreto de disolución de Cortes y convocará nuevas elecciones. Previsiblemente en Mayo.
Y en ese mas que previsible escenario de nuevas elecciones, cada voto seria vital, un necesario acercamiento entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón permitiría rentabilizar los más de 900.000 votos obtenidos por IU, y que han acabado literalmente en la papelera. Y que serán imprescindibles para dar un vuelvo electoral que ha faltado en este momento reciente.
Estamos condenados a entendernos, en el sentido político de la palabra, eso precisamente es gobernar.
Si no creamos un nuevo horizonte, no existirá un nuevo horizonte, esta vez hemos estado cerca.
